Nace El Buceo Autónomo “El Aqua Lung”
En un panorama más amplio, podemos definir la práctica del buceo como una actividad cuasi científica, ya que la aplicación de los métodos de inmersión requiere un alto conocimientos de las leyes físicas, el comportamiento fisiológico del organismo humano sometido a presión, los tiempos de permanencia y la teoría de la descompresión, la óptica y la acústica submarina, así como el conocimiento y conservación del medio marino, pero sobre todo, de la ecuanimidad y soltura para permanecer bajo el agua, como si fuese un medio propio del ser humano y no del pez.
No es, por tanto, inútil recalcar que esta gama de conocimientos se fueron adquiriendo poco a poco. No hace mucho, acaso 6 lustros, al fin de la II Guerra Mundial en que en una esplendorosa mañana de junio, cuando el sol iluminaba la Bahía de Banyuls en Francia, dos hombres, Jacques Yves Cousteau y Frederick Dumas, lograron lo que, por siglos y siglos de la historia universal se había convertido en infranqueable barrera: penetrar al conocimiento del Sexto Continente, logrando, con el primer diseño de la escafandra de respiración autónoma submarina que recibió el popular nombre de Acualón ( hispanismo derivado de Aqua Lung-Pulmón Acuático-) la conquista para hombres, mujeres y niños del mundo submarino, donde los peces parecen flores y las flores son peces.
El equipo de buceo autónomo, también llamado acualón (derivado del anglicismo Aqua – Lung), equipo S.C.U.B.A. (siglas de Self Container Underwater Breathing Aparattus) o escafandra de respiración autónoma bajo el agua, consta, fundamentalmente de tanque o cilindro con aire comprimido, regulador, salvavidas, aletas, visor y snorkel.
Durante la Primera Guerra Mundial se utilizan sistemas de aire comprimido a alta presión para disparar los torpedos de los submarinos y la empresa inglesa Scott fabrica los cilindros de acero que contienen aire comprimido a una presión de 80 kgf/cm2 (1,200 p.s.i. aprox) para evitar la caída de presión que afectaba a los aviadores de la Primera Guerra Mundial. Será hasta principios de los años 50 del pasado siglo cuando se empiezan a fabricar los cilindros de acero al cromo molibdeno que permiten una capacidad 12 litros físicos a una presión de 165 kgf/cm2 (71.2 ft3 a 2475 p.s.i.g.). Pero esta condición solo se observaba en el primer año de su fabricación, ya que después había que reducirla en un 10% quedando, por tanto en 10.8 lt. fis. a 150 kgf/cm2 (64 Ft3 a 2,250 p.s.i.g.)
Para 1910 ya pescadores submarinos utilizaban para sus inmersiones en el Mediterráneo las aletas inventadas por De Corlieu, que por cierto eran para pie derecho y pie izquierdo y utilizaban, al igual que un zapato, agujetas o cabetes para su ajuste. Para obtener una mejor visión submarina se utilizaban los lentes Fernéz para soldador, solo que con cristales claros. Más, al producirse los primeros barotraumas (squezze) oculares, se diseño el visor o máscara de buceo que cubre el espacio comprendido desde el borde inferior de la frente cubriendo también la zona de la nariz, con lo que se logra compensar la presión interna con la externa exhalando aire por las fosas nasales.
En 1926 en Comandante Yves Le Prieur, utilizando el regulador Roquayrol Denayrousse de demanda manual, los tanques Scott, el visor y las aletas de De Corlieu, da la primera exhibición de su Circo Submarino en las instalaciones de la piscina de El Trocadero en la ciudad de París.
Mientras tanto el alemán Draegger diseñaba un sistema de circuito cerrado que permitía el uso de oxígeno puro y que pronto, con los adminículos anteriores, seria adoptado en la segunda Guerra Mundial por los combatientes submarinos de la X Flotilla MAS (Italiana), los K-Manner (Alemanes) y los Frogmen (ingleses). Sin embargo la profundidad de este equipo, por la alta toxicidad del oxígeno sometido a presión, se reducía únicamente a 1.7 ATA (-7 metros).
A principios de 1940, los submarinos alemanes lograron permanecer indefinidamente sumergidos bajo el agua, renovando su dotación de aire respirable mediante un tubo retráctil al que llamaron snorkel (narigudo) y que muy pronto fue adoptado por los cazadores submarinos, ya que no había necesidad de sacar la cabeza fuera del agua para respirar, pues este sencillo aparato permitía tomar aire por la boca, aun teniendo la cara dentro de la superficie del agua.
Los constantes accidentes aéreos y marítimos ocurridos en la Segunda Guerra Mundial, originaron la creación del chaleco salvavidas, que muy pronto fue adoptado por los buzos para mantenerse flotando en la superficie con la cabeza fuera del agua.
A principios de 1943, un ingeniero francés, Emile Gagnan, había diseñado y patentado un sistema de ahorro de gasolina al que llamó gasógeno, consistente en una membrana reguladora de la presión de escape de los gases del motor de explosión externa de los automóviles y que sirvió de base para la adaptación de este al regulador Roquayrol-Denayrouse para dar origen al regulador de demanda de dos etapas y un paso, conocido originalmente como regulador de buceo de doble manguera.
Es así que, conjugando todos estos elementos, en una cálida mañana del mes de junio de 1943 en la Bahía de Banyouls en la costa mediterránea – así lo narra Cousteau en su libro “El Mundo Silencioso” – Frederick Dumas es el primero en sumergirse para probar este equipo. Y allí es donde nace el uso de la escafandra autónoma de inmersión, misma que permite al ser humano evolucionar en el medio líquido adoptando la forma hidrodinámica del pez, olvidando caminar en un medio 800 veces más denso que el aire.
Tal vez, el resumen de todo este equipo pasaría desapercibido, si no se hubiesen filmado las películas en blanco y negro Epaves (pecios) y Mundo sin sol, en la que la caja estanca submarina diseñada por el austriaco Hans Haas, la que permitió la filmación de estos documentales que impactaron a los cine aficionados y promovieron las primeras inmersiones familiares.
Con las regalías obtenidas, Cousteau conforma la primera fábrica de equipo submarino denominada Spirotechnique en Francia, implementando posteriormente en los Estados Unidos, lo que en el mercado del buceo se conoce como “El Gigante Amarillo”, o sea la Underwater Systems Divers, más conocida como U. S. Divers y crea con el galardonado combatiente submarino italiano Luigi Ferraro la empresa Technisub, cuyo logo representa el símbolo masónico del compañero.
Años más tarde, será Dimitri Rebikoff quien diseña y construye la primera cámara fotográfica submarina, bautizada con el nombre de Calypso y cuya patente será vendida por Cousteau a la empresa japonesa Nikon, quién la lanza al mercado con el nombre de Nikonnos. A Rebikoff se debe también el diseño del primer flash submarino, que utilizaba focos Silvania V de magnesio y se utilizaba un exposímetro o fotómetro para captar la cantidad de luz existente bajo el agua.
El Ingeniero italiano Víctor De Sanctus, impresionado por la enorme cantidad de accidentes de descompresión (Bends o maladies du caissons) diseña el descompresímetro, que pronto es lanzado al mercado de buceo por la firma U S Divers.
Desarrollo del Buceo Autónomo en México Tiempo de Pioneros
La primera Inmersión en México, con equipo Autónomo Aqua-Lung consistente en uno o dos cilindros con aire a alta presión y un regulador de demanda constante, equipo que fue importado de Francia por el Lic. Juan Ibarrolla Bull, después Presidente Fundador del Club de los Hombres Rana, primer Club de Buceo Deportivo de la República Mexicana. Cabe anotar que para su recarga de los cilindros había que enviarlos a Francia nuevamente.
Genaro Hurtado, Apolonio Castillo y Aníbal de Iturbide, en la Piedra del Elefante en Acapulco, se “avientan un disparejo” tocando la suerte de efectuar la primera inmersión en aguas mexicanas al prominente banquero Aníbal de Iturbide.
Poco después, “Polo” Castillo es designado como Comandante del Comando Submarino de la Base Naval de Icacos en Acapulco y allí le conoce otros de los grandes del mar, Ramón Bravo, el más destacado camarógrafo submarino mexicano, cuyos documentales, filmados con el rudimentario equipo de la época, aún no han sido superados y siguen dando la vuelta al mundo mostrando las bellezas de nuestro mundo submarino.
Apolonio Castillo, de cuya novelesca historia se han escrito mil versiones, ofrendó su vida en la búsqueda de dos turistas asesinados por un felón guía de turistas. Tuvo el primer accidente de descompresión de que se dio noticia en México, mismo que le costó la vida, por el desconocimiento de las técnicas de tratamiento para tan terrible accidente.
Acapulco; Lugar Favorito Del “Jet Set” Internacional
Acapulco, por aquellos años, era el lugar de reunión donde se daban cita los integrantes del jet set internacional. Allí conocí a Errol Flyn, John Wayne, Johnny Weismüller, Gina Lollobrigída, Sophia Loren, Bárbara Streissand, Ava Gardner, Frank Sinatra, Eddie Fisher, los Hermanos Kennedy y tantos otros que hacían de la hermosa Bahía de Santa Lucía su lugar favorito de descanso.
En Acapulco, fue donde surgió Aquamundo la primera escuela de buceo turístico del país a cargo de los hermanos Reginaldo y Alfonso Arnold
Durante el II Congreso Mundial de las Actividades Subacuáticas efectuado en 1959 en Barcelona, España, y al que concurrieron con la representación del Club de Exploraciones y Deportes Acuáticos de México (C.E.D.A.M) Pablo Bush Romero, Alma M. Reed y el Ingeniero Subacuático Mauricio Porraz y Jiménez Labora se reconoció a la República Mexicana como el País Pionero en la Investigación Arqueológica Subacuática, por el antecedente de la exploración de Thompsón en el Cenote Sagrado de Chichén Itzá y al CEDAM como el club de buceo pionero en la investigación arqueológica subacuática mexicana, por su prospección y estudio de “El Matanceros” localizado en la cercanía de Akumal, Q. Roo.